Por Emiliano Cónsoli
Este equipo nació un enero de 1998, que lejos parece. Eran unos pibes cuyas edades iban desde los 16 a los 24, el más grande. Tenían tantas ganas de jugar que lograron organizarse para poder integrar una linda Liga, sin antes por supuesto pasar por los clásicos equipos de futbol cinco y ocho. Todo se hizo a pulmón y gracias al granito de arena que puso cada uno.
En cuanto al nombre, este provino de unos amigos más grandes, que les empezaron a decir que eran Gillete para la ropa, por que la compartían entre ellos, usando siempre la misma y gastándola. Otras versiones no oficiales, de equipos contarios aseguraban que el nombre venia por su forma de jugar, pero eso es otra historia.
A lo largo de la corta historia, le fueron sucediendo algunas cosas negativas que a cualquier grupo los hubiera quebrado. Sin lugar a dudas la pérdida que sufrieron con sus entrañables amigos (Panza, Zeta y Chino) fue una de ellas.
Pero en vez de caerse, a pesar de que fue un golpe muy doloroso, se hicieron más fuerte, como si ellos desde el cielo les hubieran dado las fuerzas para seguir adelante. Esa misma fuerza que ellos transmitían cuando los tenían a sus lados.
Como olvidarse del viejón, al que muchos identificaban como el “Panza”. Ese gran tipo que dentro de su cuerpo encerraba a un niño, como así también a ese viejo protestón, que tanto los hacía reír. El tipo tenía una particularidad, ya que siempre definía su posición en la cancha de acuerdo a donde estuviera la sombra. Era el de los pases inimaginados, esos pases que hoy cualquier chico quisiera imitar. El enganche que siempre llevaba la cabeza levantada buscando a quien habilitar, ese era el Viejón.
Por otro lado encontramos al Loco, Gustavo Miguel, más conocido como el “Zeta”. Este jugador primero se inicio como arquero. Era de esos arqueros a los que había que tenerle respeto, no solo por como atajaba sino también porque no le importaba su físico y menos el del rival. Con el tiempo dejo los tres palos para dedicarse a cuidar el andarivel izquierdo. Era de esos tres que no sentían mucho la marca, le encantaba proyectarse para tirar su clásico taco hacia atrás para sacarse a un rival de encima.
Con el tiempo se fueron sumando nuevos chicos y hoy en día Los Gilletes están representado en tres ligas diferentes, en Liga Intermedia, Liga de Libres y Super Liga del Este, con casi un centenar de personas en total, entre jugadores, hinchas y amigos que los siguen a lo largo y ancho de las canchas de Mendoza.
Sin lugar a dudas no es fácil lograr juntar esta gran cantidad de jugadores, pero principalmente de amigos, porque sin dudas lo que se trato de inculcar desde aquel enero del 98, es el valor de la amistad.
Para terminar esta pequeña reseña de la historia de Los Gilletes, es importante citar a Alejandro Dolina para entenderlos, “un equipo de hombres que se respeta y se quiere es invencible, y si no lo es, más vale compartir la derrota con amigos que la victoria con extraños e indeseables”.